Cómo exfoliarte según tu tipo de piel

La exfoliación es un proceso mediante el cual se eliminan el exceso de células muertas que se acumulan en la epidermis y que el cuerpo es incapaz de retirar por sí mismo.

El fenómeno natural por cuál el cuerpo expulsa estas células se complementa con este proceso que ayuda a la piel a verse fresca y luminosa.

Te contamos a continuación, cómo puedes exfoliarte el cuerpo para no dañar la epidermis.

Cómo exfoliar tu piel para que quede perfecta

Es conveniente seguir ciertos pasos a la hora de exfoliar:

Lava tu piel

Lo primero es lo más importante: lavar tu piel correctamente. Siempre debes hacerlo con un jabón neutro, que no dañe la piel y con agua, ni fría ni caliente: tibia.

Evita usar cepillos o esponjas

Intenta evitar en la medida de lo posible las esponjas o cepillos, ya que la piel muerta se puede acumular en sus orificios y provocar que los poros se infecten más tarde. Es más recomendable usar toallitas o guantes.

Debes tener en cuenta que, una vez terminado el proceso, hay que lavarlos y secarlos correctamente. Usar las yemas de los dedos también es una buena opción.

Elegir un buen producto

Dependiendo del tipo de piel que tengas, tendrás que elegir entre exfoliantes granulados, en crema o en gel. Si optas por un exfoliante casero, ten cuidado de que no lleve ingredientes que maltraten tu piel.

Movimientos circulares

Intenta hacer movimientos circulares sobre la piel ligeramente húmeda. Dedica un poco más de atención a las zonas que tienen más arrugas o asperezas, como las rodillas, los tobillos o los codos.

Enjuagar

Cuanto termines, enjuaga la zona con agua, preferiblemente fría. Así se activará la circulación de la sangre.

Crema

No se debe pasar por alto este importante paso. Lo recomendable es aplicar una crema hidratante sobre la zona exfoliada. Hay algunas como las de avena que son beneficiosas para gozar de un óptimo nivel de humectación.

¿Cómo exfoliar las piernas?

En las piernas, bastaría con hacerlo una vez por semana (si tu piel es normal). Si tienes una piel grasa, es mejor hacerlo un par de veces a la semana. No es recomendable exfoliar tu piel demasiado, puesto que corre riesgo de irritación y de que aumente la sensibilidad.

Lo mejor es exfoliar tus piernas con agua fría, de manera que se active la circulación de la sangre. Si usas agua caliente, puede que la piel se reseque. Si tienes heridas o la piel irritada, es mejor no exfoliar dichas zonas.

Si tienes pensado aplicarte bronceador en las piernas, intenta exfoliártelas unos tres días antes, ya que esto antes del bronceado favorece la producción de colágeno, mejorando el aspecto de la piel.

¿Cada cuánto tiempo tengo que exfoliarme?

En cuanto a la cara, es recomendable exfoliarse una o dos veces por semana. Sin embargo, si tienes la piel mixta o grasa quizá sea necesario realizar una exfoliación alguna vez más.

En cuanto al cuerpo, hay que tener en cuenta que las células se renuevan cada 28 días. Por ello, lo más recomendable es llevar a cabo una exfoliación cada 10 días aproximadamente.

De la misma manera, si tienes la piel grasa será recomendable hacerlo con más asiduidad. Hay que tener en cuenta que no por exfoliarte muy a menudo vas a tener la piel más suave.

De hecho, si te exfolias con demasiada frecuencia puede que tengas efectos contrarios: abusar de la exfoliación puede provocar irritación y dejar la piel desprotegida.

Receta para exfoliante casero

Podemos fabricar nuestro propio exfoliante con simplemente dos productos: azúcar y miel:

Vertemos unas cinco cucharadas pequeñas de azúcar en un vaso y a continuación la miel. Removemos bien la mezcla (hasta ver que se queda más o menos homogénea) y después la aplicamos directamente en la cara.

Se trata de una mezcla bastante espesa. Una vez esté aplicada en nuestra cara, simplemente tenemos que realizar movimientos circulares con los dedos para arrastrar las células muertas de la epidermis. Cuando pasen unos cinco minutos, podemos retirar la mezcla de nuestra cara y enjuagarla.

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